sábado, 14 de junio de 2008

Los Cuentos Desechables del Rannel Báez
Por Ligia Minaya

(Publicado en el periódico Última Hora, en la página Opinión,
Jueves 18 de mayo del 2000).

Poca gente sabe que Azua es una cantera de buenos narradores y poetas. Con una Sociedad Cultural sólida que agrupa a un sinnúmero de jóvenes y no tan jóvenes que trabajan arduamente el oficio del hacer Literatura. Entre ellos destaca Rannel Báez. Un libro de cuentos bajo el título de “Cuentos Desechables” basta y sobra para conocer a un buen narrador. La narrativa de Rannel Báez no es convencional ni ortodoxa. Más bien, el autor parece interrogar los personajes interrogándose a sí mismo. Irreverente con sus creencias, contestatario de ritos y costumbres, Rannel Báez parece ir redescubriendo lo ya establecido, y a veces va desmantelando lo oculto, lo que todos sentimos y no decimos.

“Cuentos Desechables” no nos cuenta cuentos convencionales. No son los cuentos en que se establece de antemano una forma de escribir de acuerdo a los cánones. No, Rannel Báez nos desquicia con una escritura alucinante. Y hay poemas en sus cuentos. Su escritura lo delata poeta. Hay belleza en su prosa. Hay también un hilo que se entreteje, se hace nudos y otras veces fluye como un río. Pero siempre hay una interrogante que nos hace cerrar el libro para meditar. Al decir de su contraportada es “una explosión de cosas dichas, vistas e imaginadas que pugnan por abrirse espacio en el apretujado tránsito de la vida”.

En estos “Cuentos Desechables”, el autor habla con voz propia de lo que quiere decirse y de lo que nos quiere decir. No se sorprenda si al leer estos cuentos se encuentra consigo mismo. Da parte, este escritor azuano, de lo que somos y de lo que creemos ser. De lo que creen los demás que somos y de lo que en realidad no somos. Es una criatura desquiciante y por ratos alegre, trágica, cómica, mordaz, tramposa, como la vida misma.

“Cuentos Desechables” que no podrá desechar. Un libro bellamente impreso que podrá encontrar en la librería La Trinitaria, y que de ser leído sin prejuicios, con el sólo deseo de disfrutar la buena lectura; debe ser también orgullo de los azuanos dentro y fuera de Azua. Publicar un libro en este país, es tarea de titanes.

Si conoce a Rannel Báez no le pida que se lo regale, por favor. Si los amigos no compran los libros que publican sus amigos, entonces ¿quién los va a comprar? ¿los enemigos de la lectura?

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